Los agronegocios tienen los retos y dificultades de cualquier empresa moderna, pero también otros adicionales, como las enfermedades infecciosas, pues se basan en sistemas productivos vivientes.
08 mayo 2014 |
Hay otros casos, sin embargo, en los que surgen enfermedades desconocidas, contra las que no hay salvaguarda ni preparación. Esto puede ocurrir de varias maneras: cuando los organismos causantes de alguna enfermedad evolucionan y cambian su capacidad infectante; el arribo de enfermedades exóticas, que llegan de países lejanos a atacar un nuevo territorio; otra posibilidad más rara es que aparezca una enfermedad totalmente nueva. A éstas se les llama enfermedades emergentes.
La posibilidad de que aparezcan enfermedades emergentes es constante en donde hay actividad ganadera. Los sistemas de salud animal de cada país y región tienen que establecer barreras y líneas defensivas contra ellas. Parte de ello son los sistemas de inspección zoosanitaria en puertos y fronteras, estaciones y cordones cuarentenarios, los sistemas de vigilancia epidemiológica y los de combate a enfermedades. Todas estas previsiones requieren recursos considerables: infraestructura, servicios y capacidad técnica.
A algunos países les resulta difícil mantener los servicios necesarios de salud animal. Sin embargo, en temas como este, se revelan ejemplos notables de solidaridad internacional. El control de una enfermedad infecciosa en un país puede ser también de interés para otro, vecino o comunicado con aquél. Así sucedió cuando hubo en México un brote de fiebre aftosa a mediados del siglo XX. Estados Unidos apoyó el esfuerzo nacional para erradicar esta grave epidemia, lo cual no sólo se logró sino que nos quedó como legado la institución mexicana encargada de combatir enfermedades emergentes de animales, la CPA.
A otro nivel, la Organización Mundial de Salud Animal (OIE, por su sigla en francés), gestiona información y realiza programas de cooperación técnica y económica para promover la salud animal mundial. También colabora con organizaciones afines: la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y con la Organización Mundial de la Salud (OMS), con la que actúa coordinadamente para combatir las zoonosis, enfermedades de los animales que provocan infecciones también en el hombre.
La OIE publica una lista de enfermedades de animales que los países miembros están obligados a monitorear e informar sobre su situación. En caso de brotes de enfermedades emergentes, deben notificarse inmediatamente, para poder contenerlos.
Las enfermedades emergentes de animales se están haciendo cada vez más frecuentes, no sólo porque hay mejores recursos tecnológicos para detectarlas y comunicar su presencia, sino por el crecimiento de factores que favorecen el contagio: la concentración e intensificación de sistemas productivos, la transportación transfronteriza y el cambio climático.
En el desarrollo de la actividad ganadera se encuentra latente la posibilidad de que aparezcan enfermedades emergentes o desconocidas, las cuales se están haciendo cada vez más frecuentes.