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Sanidad Vegetal realizó capacitaciones en tierras altas chiricanas

Con miras a crear capacidades internas institucionales en la evaluación y supervisión de las aplicaciones de productos fitosanitarios que se realizan en instalaciones de agricultura protegida, la Dirección Nacional de Sanidad Vegetal, a través del Proyecto de Implementación de las Aplicaciones terrestres de plaguicidas (ATPLAG) (resuelto 042 de 2013); realizó una importante jornada de capacitación en zonas de las tierras altas de Chiriquí.

23 mayo 2018 |


Esta programación inició en el salón de reuniones de la agencia del MIDA de Boquete, con una inducción sobre diseños de casas de cultivo, sus ventajas y otros aspectos relevantes, dictada por el Ing. Jaime González. Este con una gran experiencia en agricultura protegida; mientras que el Doctor Jorge Luis Requena, coordinador de ATPLAG, se refirió a las particularidades de una aplicación de plaguicidas en ambientes controlados, ventajas y desventajas, así como los principales equipos que generalmente se utilizan para este fin.

Participaron coordinadores de sanidad vegetal de las regionales de Chiriquí, Veraguas, Herrera, Los Santos, Coclé, Panamá Oeste y Bocas del Toro. Además se hicieron visitas a las empresas ‘Veggie Fresh’ en Potrerillos, la ‘Peper King’ en Boquete y a la empresa ‘De Boquete’, en Cerro Punta, donde observaron la forma como estas aplicaciones se realizan y la tecnología utilizada en la producción de vegetales y hortalizas.

Los invernaderos o casas de cultivo son instalaciones que permiten mejorar la calidad, rendimiento y productividad de ciertos cultivos. Son realmente auténticas fábricas de producción de biomasa. No obstante, las altas temperaturas, la alta humedad (normalmente reinantes en estas instalaciones) y la baja diversidad de otras plagas, facilitan el desarrollo y crecimiento de plagas fúngicas (hongos) e insectiles.

En los cultivos protegidos, las aplicaciones de productos fitosanitarios se realizan casi en su totalidad en forma líquida mediante aplicaciones foliares, y en menor proporción utilizando el riego por goteo.

Desde la perspectiva de la prevención de intoxicaciones laborales, las casas de cultivo constituyen uno de los lugares de trabajo en donde se puede producir una mayor concentración de situaciones de riesgo de exposición de los aplicadores a los plaguicidas.

Los equipos utilizados para la aplicación de plaguicidas o fitosanitarios son manuales, motorizados o forman parte de instalaciones fijas (sistemas de nebulización). Los dos primeros gozan de popularidad en las tierras altas de Chiriquí y normalmente están dotados de pistolas, y en otros casos, de diversos tipos de lanzas y sus respectivas boquillas. Estas aspersiones se dan en presencia de los aplicadores en un medio, donde persiste por varias horas producto empleado para el control fitosanitario.
Finalmente, podemos aseverar que la superficie de cultivo bajo el concepto de agricultura protegida seguirá creciendo de forma significativa. El MIDA ha estado también impulsando esta modalidad de producción debido a las claras ventajas que posee frente al desarrollo de la agricultura en cielo abierto, entendiendo que es una excelente vía para la obtención de cosechas más limpias con menor presencia de residuos peligrosos de plaguicidas, y porque tambié

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