Presentan en FAO nuevas normas para evitar propagación de plagas

Las medidas adoptadas por ese organismo abarcan acciones y técnicas para frenar la introducción y propagación de enfermedades y plagas en nuevos entornos, y evitar así consecuencias por lo regular devastadoras para la biodiversidad, la seguridad alimentaria y el comercio.

La Comisión de Medidas Fitosanitarias, órgano rector del CIPF, se reúne cada año entre los meses de marzo y abril en la sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), donde presentó hoy sus propuestas.

Entre las medidas está la norma sobre el uso de diversos tratamientos térmicos contra plagas agrícolas, la cual cubre las técnicas de tratamiento en frío para congelar y matan a las plagas o elevar las temperaturas por encima de su capacidad de supervivencia.

También se estableció otra revisada para el saneamiento de los embalajes de madera, con el uso de fluoruro de sulfurilo, así como técnicas de calentamiento con microondas y ondas de radiofrecuencia capaces de generar temperaturas que aniquilan los vectores presentes en la madera.

Además, se dispuso la norma ampliada sobre la aplicación de calor mediante vapor para eliminar la mosca Bactrocera dorsalis mediterránea de las frutas, propagada en al menos 65 países, con la cual se espera eliminar el 99,98 por ciento de los huevos y larvas del insecto.

Otro aspecto importante fue la aprobación de un nuevo protocolo de diagnóstico para los tospovirus que atacan diferentes especies de plantas y causan elevadas pérdidas en particular en cultivos de tomate, papa, calabaza y pepino.

En la jornada inaugural de la reunión de la CMF, la directora general adjunta de la FAO, Maria Helena Semedo, definió la labor fitosanitaria como una 'tarea complicada en la que hay mucho en juego'.

Apuntó que cada año se pierden entre 10 y 16 por ciento de las cosechas a nivel mundial por plagas en las plantas, con pérdidas estimadas en 220 mil millones de dólares.