Las importaciones, los altos costos de producción y la falta de fuerza laboral ponen en apuros a los productores panameños de frijoles, en especial a los de la occidental provincia de Chiriquí, principal región agrícola del país.
27 octubre 2016 | Publicado : 11:55 (27/10/2016) | Actualizado: 14:23 (01/11/2016)
Sobre la baja disponibilidad de trabajadores, los productores aducen que se debe a varios factores, entre ellos, la entrega de los subsidios por parte del Gobierno y la migración de indígenas a territorio costarricense para laborar allá.
Datos suministrados por autoridades del Ministerio de Desarrollo Agropecuario confirmaron el incremento en mil 185 dólares de los costos de producción por hectáreas para la siembra de frijoles.
Situación que se suma a la denunciada recientemente por los productores de cebolla y arroz, lo cual evidencia cómo la falta de políticas gubernamentales y los Tratados de Libre Comercio también emergen entre los principales enemigos del deterioro que en los últimos 15 años enfrenta la agricultura panameña.
De acuerdo con Gerardo Escudero, representante del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura en Panamá, el crecimiento del sector no responde al dinamismo de la economía en general, y de manera particular a la estructuración agroindustrial y de las exportaciones. Cifras oficiales revelaron que el aporte del agro panameño en el Producto Interno Bruto pasó de 7,2 por ciento en el 2000 a 2,6 al cierre del tercer trimestre del pasado año.
Ante este panorama, muchos son los productores que abogan por la creación de leyes que los protejan con buenos financiamientos y asistencia técnica, especialmente en la implementación de tecnologías y sistemas de riego.
Actualmente Chiriquí cultiva el 90 por ciento de la producción de granos del país, la cual se redujo casi a la mitad en los últimos cinco años, al pasar de cuatro mil 500 a dos mil 405 hectáreas en el periodo 2015-2016.
Reducción que también se observa en el número de productores, quienes pasaron de 900 a 760, de los cuales el 80 por ciento son pequeños agricultores que solo siembran dos hectáreas.