Desaparición de hábitats y presas, deforestación, caza furtiva, interacciones con humanos y comercio ilícito son algunos de los factores que inciden en la disminución de algunas especies de animales silvestres en Panamá.
22 mayo 2018 |
Este es el caso del jaguar, cuya población decrece aceleradamente a nivel mundial como consecuencia de los asesinatos de que son víctimas para abastecer un comercio de colmillos con fines medicinales, práctica que ya está presente en el Istmo, afirmó el presidente de la Fundación Yaguará Panamá, Ricardo Moreno.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el tráfico ilegal de vida silvestre es uno de los más importantes negocios ilícitos en el ámbito global, después del contrabando de estupefacientes, armas y personas.
Sin embargo, en los últimos años 'la gente ha comenzado a adquirir conocimiento sobre el valor de la biodiversidad y cada vez son más los que se preocupan por los animales', afirmó Jorge García, jefe del departamento de Biodiversidad del Ministerio de Ambiente.
A juicio del especialista, la nación istmeña posee una fauna representativa de América del Norte y del Sur como consecuencia de la emigración de especies, entre ellas el coyote y el zorro gris por solo mencionar algunos ejemplares de mamíferos que enriquecen la diversidad faunística de Panamá.
De acuerdo con datos oficiales, en el país centroamericano habita el 3,4 por ciento de los anfibios del mundo, el 2,3 de los reptiles, el nueve de las especies de aves conocidas y el 4,8 por ciento de los mamíferos, de los cuales muchos están en peligro de extinción según el censo de 2016.
Ante esta realidad, el Estado y organizaciones no gubernamentales realizan esfuerzos y ejecutan planes de conservación para cuidar la biodiversidad de especies como los anfibios y las aves rapaces, incluyendo el águila harpía, ave nacional.
Asimismo, sobresale el plan de acción nacional para la conservación del jaguar, entre las que se destacan acciones como la generación de información científica, asistencia técnica, educación ambiental y gestión de conflictos, en aras de garantizar la supervivencia de la especie y la conectividad de los corredores biológicos, que son sus áreas de distribución, explicó Moreno.