Los cambios económicos y sociales de los últimos años en América del Sur elevaron el consumo y derivaron en un aumento de la generación de basura, algo favorecido por la falta de políticas que regulen su gestión, según especialistas consultados.
03 noviembre 2016 |
"No es incremento de población, es incremento de consumo: en los últimos 10 años ha habido un incremento del 50% del ingreso en los hogares, este 50% la gente no lo ahorró, lo consumió en motos que se rompen, bicicletas, compró más botellas de gaseosas, vino, agua o comió más comida preparada que vienen en bandejitas descartables", explicó el investigador ecologista uruguayo Jorge Solari, citando el caso de su país.
El promedio de producción de basura de una persona por año en América Latina por año es de 350 kilos, pero la realidad entre las naciones de la región es muy dispar.
Mientras Bolivia es el país que menos desechos genera por habitante (179 kilos al año), los mayores productores son Guyana (558), Surinam (496), Chile (456), Brasil (383) y Uruguay (376), según el Atlas de la Basura, sitio web que reúne información de todo el mundo provista por organizaciones, científicos y profesionales.
En Brasil, la situación de los residuos se agravó en la última década con la explosión de la clase media y por lo tanto el consumo, dijo el ambientalista Sergio Ricardo.
Entre 2003 y 2014, la población brasileña creció 6%, pero la producción de basura lo hizo cinco veces más, un 29%, explicó el ecologista.
Esta relación también se encuentra en Buenos Aires, explicó el jefe de control de calidad de una de las seis empresas de recolección de la ciudad, Pablo Britez.
La nececidad de reciclar
En Colombia se entierran nueve millones de toneladas de residuos al año, según cifras del Programa de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia, lo que significa que el país apenas recicla 13% de los desechos.
En Brasil tampoco se reciclan cantidades importantes, más allá de que existe una ley desde 2010 que obliga a recuperar los materiales reutilizables.
"El reciclaje es obligatorio pero nadie lo cumple, en Río de Janeiro, que es una de las ciudades más avanzadas del país, tan solo se recicla el 2% de los residuos, imagina en el resto", comentó Ricardo.
En Uruguay, el mercado no facilita las cosas; según Solari hay un intento de las autoridades, pero falta una ley nacional que respalde la gestión de residuos.
El experto insistió en que se debe presionar a las empresas a que no trasladen el costo ambiental al consumidor, y explicó que deben estar obligados a realizar embaces reutilizables por más que el mercado no lo amerite.
"Es una cuestión medioambiental", concluyó.
Por otro lado, en Argentina el único distrito que tiene un sistema de reciclaje subsidiado por el Gobierno local es la ciudad de Buenos Aires, pero el Ejecutivo trabaja en una iniciativa en todo el territorio junto al Banco Mundial denominada Estrategia Nacional para la Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos.
En todos los países hay reciclaje informal, donde hay clasificadores que revisan los depósitos de basura vecinales para recuperar la mayor cantidad de cartón, restos de comida (que muchas veces alimenta una red de cría de cerdos), o aparatos domésticos, entre otras cosas.
En la actualidad se producen tres millones de toneladas de basura al día en el mundo, y se prevé que este número se duplicará para 2025.