Esto se traducirá en esfuerzos para garantizar la protección de sus poblaciones a nivel mundial y su eventual aprovechamiento sostenible por los países que las pescan y/o consumen.
08 octubre 2016 |
En esta oportunidad, Panamá siguiendo los lineamientos de conservación, era co-proponente, junto con un esfuerzo sin precedentes de más de 50 países, para que el tiburón sedoso (Carcharhinus falciformis), 3 especies de los tiburones zorro (género Alopias spp;) y 9 especies de mantarrayas (género Mobula spp.), quedaran protegidas bajo el Apéndice II de la Convención, lo que implica que en el caso de exportación de cualquier producto o subproducto de estas especies requerirán la previa solicitud de un permiso de exportación que será otorgado solamente cuando se cumplan con los requerimientos de la Convención CITES, la cual fue ratificada por Panamá desde 1977.
En la reunión plenaria que se llevó a cabo el domingo 2 de octubre, la Ing. Antonella Finis manifestó que la inclusión del tiburón sedoso en el Apéndice II era pertinente “considerando la clasificación de esta especie altamente migratoria en la categoría Casi Amenazada de la Unión Internacional de para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la evidencia que demuestra su vulnerabilidad ante la actividad pesquera”. Igualmente señaló que “la incorporación de esta especie apoyará los esfuerzos contemplados dentro del plan nacional de conservación de elasmobranquios de Panamá y nuestra lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, que nos está permitiendo revertir las alarmantes estadísticas que en el 2013 nos ubicaban como el 3er país exportador de carne de tiburón y el 11avo de aletas (11), pero el 20avo en capturas”.
En el caso de los tiburones zorro, la Lic. Finis, comentó que Panamá apoyó enfáticamente esta propuesta de inclusión de esta especie en apéndice II, considerando que “estas especies altamente migratorias ya están incluidas en nuestro plan nacional de conservación de elasmobranquios y están clasificadas como Vulnerables por la UICN debido a la disminución observada de sus poblaciones a nivel global a consecuencia de una presión pesquera indiscriminada. En ese sentido, “ahora las iniciativas nacionales se verán reforzadas a través de la regulación del comercio internacional, fortaleciendo la capacidad de Panamá y otros países para combatir el comercio ilegal e insostenible”.
En cuanto a las mantarrayas del género Mobula, el Lic. Jorge García reconoció que “si bien la aparición de las mantarrayas en los desembarques en Panamá es de carácter reciente y no parece haber una pesca dirigida, en otros países de la región se da más regularmente, afectando significativamente las poblaciones de estas especies migratorias”. En consecuencia, “su inclusión en el Apéndice II ayudará a los países que comercializan este recurso estandaricen los procedimientos para el comercio internacional, eliminando el reto de identificación de especies similares, por lo que los Dictámenes de Extracción No Perjudicial, así como los permisos/certificados aplicarían por igual a todos los miembros de la familia Mobulidae”.
Para su Excelencia Jacob Dominguez Castillo, “desde que tres especies de tiburones martillos fueron incorporados en el Apéndice II de CITES, durante la CoP16 que se llevó a cabo en Bangkok en el año 2013, y habiendo hecho la Autoridad Científica de Panamá un Dictamen de Extracción No Perjudicial negativo para las mismas, las autoridades aduaneras de Panamá y de Hong Kong han hecho decomisos de exportaciones ilegales, que sin duda sirven como incentivo para que los pescadores y comerciantes de países exportadores tengan la precaución de observar las normas de la CITES”.
Finalmente, para Juan M. Posada, Gerente de Ciencias de Fundación MarViva, ONG observadora ante la CoP17, resaltó que “la protección de tiburones y rayas es necesaria debido a las características de los ciclos de vida de estas especies (tales como lento crecimiento, madurez tardía y baja tasa de fecundidad), que le confieren una elevada susceptibilidad para manejar la presión pesquera”. Por otra parte, “los tiburones y las rayas juegan un papel muy importante para el mantenimiento de la salud en los ecosistemas marinos, por lo que su aprovechamiento comercial solo debe llevarse a cabo si se ha demostrado que su extracción no afecta la sostenibilidad de sus poblaciones. Ello requiere el concurso, compromiso y esfuerzo del sector comercial, así como de las entidades gubernamentales encargadas de la gestión pesquera y de los centros de investigación que contribuyen con la profundización de la información científica necesaria para la toma de decisiones”.
La decisión de incluir estas especies en el Apéndice II de CITES no fue lograda por consenso, pero contó con el apoyo mayoritario de las partes que manifestaron su opinión a través del voto en reunión plenaria del pasado 2 de octubre. Panamá también festejó la inclusión de todas las especies del género Dalbergia en el Apéndice II de CITES, representadas en el país por la especie D. retusa (cocobolo), recurso de gran belleza y alto valor, que ha sido ampliamente explotado y se encuentra ahora en peligro de extinción.