Apagar incendios o acabar con la langosta: las misiones del dron civil más grande de Europa

La aeronave aterriza en el aeródromo de Quero. El Gobierno de Castilla-La Mancha ha dado permiso a Singular Aircraft, compañía a cargo de este artefacto, para realizar una serie de pruebas de vuelo en el espacio aéreo de la comunidad autónoma. El nombre de la nave es FLYOX y su tamaño impresiona. Tiene una envergadura de 14 metros, una longitud de 11,5 metros y una altura de 3,6 metros. Ni estirando los dedos puedes tocar las alas de este gigante de los cielos.

"Si quitamos a los militares, este es el dron más grande de España y de Europa. Los aviones solemos medirlos por peso del aparato al despegue y el FLYOX tiene 4.000 kilos. Los drones normales, a los que estamos acostumbrados, están en dos, tres, cuatro o cinco kilos. Este está otra división", explica a Sputnik Mundo Luis Carrillo, fundador de Singular Aircraft.

Una máquina que nace tras casi 10 años de trabajo y con un objetivo inicial: luchar contra los incendios. "Antes de empezar con el proyecto, un día en el Aeroclub de Sabadell, estaba en un bar comiendo con unos amigos. Durante la comida, nos comunicaron que un piloto que era amigo había muerto en una misión en un incendio. Recuerdo que cogimos una servilleta y empezamos a pensar en que soluciones podría haber para no mandar el piloto a la boca del lobo. Lo que hemos hecho ahora es parecido a lo que hicimos en esa servilleta", relata Carrillo, quien también es piloto.

De ese papel, en parte, sale este hidroavión del futuro. La nave puede aterrizar en tierra y agua y cuenta con un tanque en el que se pueden cargar hasta 1.500 litros de agua. FLYOX puede estar hasta 24 horas sin tocar tierra. Según el propietario de Singular Aircraft, con este modelo, se puede controlar un incendio durante todo el día. "La ausencia de piloto permitiría seguir con las tareas de extinción durante la noche".

Bajo coste y multifuncional

Sin embargo, hay que hacer cuentas. A priori, puede parecer que el uso de un dron de gran tamaño durante toda una jornada es sinónimo de añadir ceros a la factura final, pero, en palabras de Carrillo, el coste de vuelo es uno de los asuntos que más se ha tratado desde el comienzo del proyecto. "Está concebido como una herramienta, no como un juguete muy caro. Su gasto se tiene que justificar. Hay un estudio que dice que hay que pagar 2.000 euros por cada entrega que hace un dron. Esto no lo va a pagar nadie".

"Desde el principio, dijimos que lo más importante es que el coste directo de operación sea el menor. Asumible. Hicimos cálculos y teniendo en cuenta, la carga transportada, el coste del piloto, el combustible o del seguro, llegamos a la conclusión que estamos por debajo de los 150 dólares por hora de vuelo. Por el mismo trayecto y carga, un avión normal está en 1.200 dólares", asegura Carrillo.

Precio que le hace competitivo frente a otros medios de transporte. Y es que FLYOX no solo está diseñado para las tareas contra incendios. El dron cuenta con otros cuatro modelos con funciones distintas. Por ejemplo, al aparato se le pueden instalar cámaras y cumplir misiones de vigilancia de largo duración, gracias a su autonomía.

Por otro lado, la aeronave puede emplearse en el transporte de bienes. Tiene la capacidad para hacer entregas por airdrop, es decir, sin aterrizar, simplemente lanzándolas. Un sistema muy utilizado en campañas de ayuda humanitaria. Además, el FLYOX, según Carrillo, es un método eficaz para la distribución de mercancías en lugares con amplias barreras físicas, como puede ser un archipiélago. "Piensa en las Fiyi. Son un montón de islas, de las cuales 160 están habitadas, en un círculo de 240 millas náuticas. Un barco suple a cada una de bienes, pero para ir y volver necesita 20 horas de trayecto. Además, va de isla en isla y para en todas. Nosotros en una hora podemos entregar 1.500 kilos al 80% de las islas de Fiyi".

Uno de los modelos se centra en la fumigación. Tiene una vertiente agrícola, que sirve para acabar con las plagas. El fundador de la empresa comenta que hablaron con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para crear una "trinchera biológica" de 400 kilómetros para detener el avance de la langosta en África. Y no solo esto, ya que la desinsectación también ayudaría a frenar determinadas enfermedades.

"Con el tema de la malaria, puedes fumigar un país entero. No tienes que limitar la zona por los costes. Hicimos un ejemplo para Madagascar. Ahora se gastan unos 60 millones de dólares en fumigar cuatro zonas pequeñas que suponen el 1% del territorio. Nosotros con 20 millones de dólares podríamos fumigar el otro 99% de Madagascar", asevera Carrillo.

Camino difícil

Sin embargo, todavía hay dificultades que se tienen que sortear. En España, un problema que comparten los fabricantes de drones del país es la necesidad de legislar sobre el vuelo de estos artefactos. "La tecnología va más rápido que la ley, por eso pedimos al Gobierno que regule la normativa de vuelo, para que todos juguemos al mismo juego. Se puede volar, sí, pero para proyectos específicos. Solo los militares pueden volar libremente. Este es el motivo por el que los primeros operadores del FLYOX serán militares", responde Carrillo, quien revela que autoridades del Ejército español se han acercado hasta el aeródromo de Quero para observar el dron.

Además, Carrillo lamenta la dificultad para encontrar financiación para el proyecto. Según el piloto, existe un número de compañías que absorben las ayudas gubernamentales, independientemente de la utilidad de los proyectos presentados. "En el mundo de los drones, parece que estamos en un concurso de belleza. Muy bonito el diseño, pero nada de funcionalidad, ni un mínimo de concordancia con el gasto".

"Suelen ser actores que drenan millonadas al año, pero luego no entregan nada al Gobierno. Utilizan el dinero para hacer un vuelo y ya está. Nosotros hemos solicitado muchos programas de ayuda, pero como no perteneces a estas familias, a veces, no te financian".

Una de las comunidades autónomas que apostó por el FLYOX ha sido Canarias. Tras "la pasividad" de Cataluña, donde arrancó y radica la sede de Singular Aircraft, el archipiélago les ha recibido con los brazos abiertos.

"Están abriendo las manos a otras empresas que no son las clásicas. Tuvimos muy buena acogida. Entienden que hay otras corporaciones que pueden tener buenas ideas y generar resultados", admite Carrillo.

A pesar de todo, el proyecta empieza a dar frutos. La multifuncionalidad del FLYOX hace que haya varios clientes interesados en su compra. Todavía hay que formalizar los pedidos, sin embargo, según el cabeza de Singular Aircraft, un importante número de países busca negociar con ellos. Unos quieren comprar el producto y otros, como India o Indonesia, buscan adquirir la tecnología. Tras años de trabajo, FLYOX, poco a poco, ve la luz. "Nos hemos gastado una burrada. No sé si quiero saberlo, pero creo estamos cerca de las 200.000 horas de vuelo".

"Empezamos de 0. El avión no existía. Motores, aerodinámica, sistemas…Toda la tecnología es nuestra", reconoce Carrillo.

Casi 10 años para que el dron más grande de Europa levante vuelo sobre tierras manchegas. Tal vez, en un tiempo, este aparato surque los cielos en dirección a una isla de aguas turquesas de la Polinesia para suplir de víveres a la tienda local. Bajo el abrasador sol que ilumina los mares australes.