La contracción de la demanda bajo los efectos de la pandemia Covid-19 provocó una fuerte caída de los precios mundiales de los alimentos en marzo, informó la FAO.
03 abril 2020 |
Si bien el descenso fue más pronunciado en el caso de los aceites vegetales (12 por ciento) y el azúcar (19,1 por ciento), los valores de los demás subíndices también se redujeron en el tercer mes del año, señala el organismo especializado de ONU en su informe.
La cotización de los cereales, indica el texto, bajó 1,9 por ciento respecto a febrero, caída que afectó a todos los productos de este rubro, menos al arroz que alcanzó su nivel más elevado desde junio de 2018.
El grano se vio favorecido por el acaparamiento derivado de las preocupaciones sobre la pandemia de la Covid-19 y las noticias de que 'Vietnam paralizaría temporalmente los nuevos contratos de exportación con el objetivo de examinar la situación del suministro interno y su política de exportación'.
El descenso en marzo de los precios del maíz, respondió a presiones no solo de disponibilidad de suministro, añade, sino también a una demanda mucho menor, en particular del sector de los biocombustibles, como resultado del desplome de las cotizaciones del petróleo crudo.
El informe de FAO resalta, además, que los precios de aceites vegetales se desplomaron un 12 por ciento en igual lapso y lo comparó con el nivel más bajo desde octubre de 2019; en tanto los de los lácteos cayeron un tres por ciento, luego de cuatro meses de incrementos continuos.
De igual modo los índices de precios de la carne y del azúcar cayeron un 0,6 y 19,1 por ciento, respectivamente; la primera con un ritmo a la baja por tercer mes consecutivo, aunque se encuentra un siete por encima del nivel registrado en marzo de año pasado.
La significativa caída mensual de los precios internacionales del azúcar se debió, principalmente, a los efectos colaterales de la Covid-19, pues las medidas de confinamiento impuestas por varios países llevaron a una reducción de la demanda para el consumo fuera de los hogares.
Además, precisa el informe, 'el acusado descenso de los precios del petróleo crudo ejerció una presión adicional a la baja en los mercados del azúcar'.
Argumenta también el documento de FAO que el descenso de los precios de la energía tiende a impulsar la producción de azúcar en lugar de etanol, y cita como ejemplo de ello a Brasil, el mayor exportador de azúcar del mundo.