La falta de políticas gubernamentales, el impacto del cambio climático y de los Tratados de Libre Comercio resultan los principales enemigos del deterioro que en los últimos 15 años enfrenta la agricultura panameña.
16 octubre 2016 |
Datos oficiales revelaron que el aporte del agro panameño en el Producto Interno Bruto pasó de 7,2 por ciento en el 2000 a 2,6 al cierre del tercer trimestre del pasado año.
Entre los productos con una baja en las exportaciones durante el 2015 sobresalen la sandía (9,5 por ciento), piña (31,4 por ciento), café (82,6 por ciento) y carne de ganado bovino (22,2 por ciento), refiere la Contraloría General de la República.
Expertos y productores señalan que en este deterioro paulatino de la agricultura panameña juegan un rol importante los Tratados de Libre Comercio, acuerdos y convenios firmados en los últimos 15 años, además de la falta de políticas gubernamentales.
Al respecto, Analeidys Chen, de la empresa Mensabé Import&Export, recordó que en 2006, al menos 11 empresas de la provincia de Los Santos llegaron a sembrar entre cuatro y cinco mil hectáreas de cultivos para la exportación, cifra que ahora llega apenas a mil 200.
Ese panorama según el productor de cebolla Arnulfo Simití se repite en todo el territorio nacional, por lo que abogó por la creación de leyes que los protejan con buenos financiamientos y asistencia técnica, especialmente en la implementación de tecnologías y sistemas de riego.
A esto se suma el cambio climático, fenómeno que en gran medida obligó a muchos productores a abandonar la siembra, apuntó Omar Willims, presidente del sistema de riego Lajas de Penonomé, en la central provincia de Coclé.
Un reporte de la Asociación de Reforestadores y Afines de Panamá da cuenta de que las tierras agrícolas del país son muy pocas y sin ordenamiento territorial, al tiempo que muchas son empleadas para el desarrollo de construcciones.
La escasa inversión en mecanismos que faciliten el desarrollo del sector agrario y forestal constituye una constante de gobiernos anteriores que debe ser revertida, porque hoy la seguridad alimentaria y del agua son imprescindibles, agrega el texto.