Estudio evidencia que vitamina K mejora salud del corazón

Hay dos tipos de vitamina K, según la literatura especializada en los alimentos, la K1 proveniente principalmente de las verduras de hoja verde y los aceites vegetales, mientras la K2 se encuentra en la carne, los huevos y los alimentos fermentados como el queso.

La investigación encontró que las personas con la mayor ingesta de la primera tenían un 21 por ciento menos de probabilidades de ser hospitalizadas por enfermedades cardiovasculares vinculadas con la aterosclerosis (alteraciones que afectan el corazón o los vasos sanguíneos).

En cuanto a la segunda, el riesgo de ser hospitalizado fue un 14 por ciento menor, apuntaron los autores, para quienes estos hallazgos arrojan luz del efecto potencialmente importante que tiene la vitamina K sobre la enfermedad mortal.

El papel de esta en la salud cardiovascular y particularmente en la calcificación vascular es un área que ofrece esperanzas prometedoras para el futuro, reflexionó uno de los implicados, el profesor Jamie Bellinge.

«Las pautas dietéticas actuales para el consumo de vitamina K generalmente se basan solo en la cantidad de K1 que una persona debe consumir para asegurarse de que su sangre se pueda coagular», explicó Nicola Bondonno, autora principal.

Sin embargo, agregó, existe una creciente evidencia de que la ingesta de vitamina K por encima de las pautas actuales puede brindar una mayor protección contra el desarrollo de otras enfermedades, como la aterosclerosis.

“Es prioritario realizar más investigaciones sobre las diferentes fuentes dietéticas y los efectos de los diferentes tipos de K2”, indicó la doctora.

Las afecciones cardiacas resultan de las principales causas de muerte mundiales y todavía existe un conocimiento limitado del significado de las diferentes vitaminas en los alimentos y su efecto sobre ellas, según los expertos.