La ingesta del chapulín de milpa podría ayudar a combatir la desnutrición y obesidad en México, por ser una fuente de proteína sana, sustentable, barata y no contamienante, afirmó hoy el investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), René Cerritos Flores.
26 noviembre 2018 |
En entrevista con periodistas, el experto de la Facultad de Medicina señaló que el consumo de estos insectos reduciría, también, el consumo de carne convencional y bajaría la emisión de gases de efecto invernadero generados por las actividades ganaderas.
Este alimento contiene 53,17 por ciento de proteína, 4,13 de grasa, 2,31 de carbohidratos y 19,5 de fibra.
Un kilo puede tener el doble de proteína que un kilo de carne convencional, y su valor proteico es similar al atún u otro pescado.
Además, tiene una gran cantidad de minerales y vitaminas, y es más bajo en grasas que la carne magra.
"Su exoesqueleto, formado por quitina, funcional como fibra y es benéfico para la microbiota del ser humano", dijo el científico.
Asimismo, Cerritos Flores recordó que el chapulín es una de las plagas más devastadoras en el centro y sur de México; sin embargo, si se recolecta como recurso alimentario, se le puede dar utilidad y así ayudar a los 1,5 millones de niños que padecen desnutrición crónica en ese país.
Cada año, en el Valle de Puebla-Tlaxcala, entre 40.000 y 50.000 hectáreas de cultivos de maíz, alfalfa y frijol son infestadas por esta especie endémica de México.
"México se ha tardado mucho en desarrollar una industria de insectos comestibles, debido a la informalidad de la captura del chapulín de milpa", remarcó.
Para su industrialización y comercialización formal, es necesario que sea un producto inocuo, libre de contaminantes, bacterias entéricas y de otros componentes que puedan ser dañinos para la salud de las personas.
"La cantidad de estos insectos comestibles ayudarían a aminorar la desnutrición infantil en México; incluso, con una buena promoción, podría sustituir productos elaborados con harinas refinadas y azúcares, como la fructuosa y la sacarosa, cuyo alto consumo es causa de sobrepeso y obesidad", agregó el experto.