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FAO aboga por un comercio a favor de la seguridad alimentaria

La necesidad de medidas capaces de garantizar un comercio que contribuya a la seguridad alimentaria y promueva la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos, destaca un informe de la FAO.

19 septiembre 2018 |

'El estado de los mercados de productos básicos agrícolas, 2018 (SOCO)', publicación bienal de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), dedicada al cambio climático, señala que el buen funcionamiento de los mercados internacionales ofrece una fuente fiable de alimentos.

A corto plazo, el comercio puede ofrecer un mecanismo para abordar los déficits de producción provocados por fenómenos meteorológicos extremos y a, largo plazo, puede ayudar a ajustes eficientes de la producción agrícola en los diferentes países.

En el prólogo al documento el director general de la FAO, José Graziano Da Silva, escribió que 'el desigual impacto del cambio climático en todo el mundo y sus consecuencias para el comercio agrícola, especialmente en el caso de los países en desarrollo, subrayan la necesidad de aplicar un enfoque equilibrado a las políticas, que deberían potenciar la función adaptativa del comercio mientras prestan apoyo a los más vulnerables'.

No habrá un futuro sostenible si no se erradica la pobreza y el hambre, apuntó Da Silva en la introducción del texto y añadió que 'garantizar la seguridad alimentaria para todos es tanto una función clave como un desafío para la agricultura, que se enfrenta a dificultades cada vez mayores.

Comentó en tal sentido que junto al aumento de las poblaciones, el incremento de la urbanización y los ingresos crecen, el sector agrícola estará sometido a una presión creciente para satisfacer la demanda de alimentos inocuos y nutritivos.

Sector obligado, acotó, a generar trabajo digno y contribuir a la subsistencia de miles de millones de personas del medio rural en todo el planeta, especialmente en los países en desarrollo, donde se concentran el hambre y la pobreza.

El texto apunta que el cambio climático tendrá importantes consecuencias para la agricultura y la seguridad alimentaria y argumenta que para mediados de este siglo las temperaturas medias más elevadas, los cambios en las precipitaciones, el aumento del nivel del mar y el incremento en frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, afectarán la producción agrícola y ganadera y también a la pesca y la acuicultura.

Entre las muchas recomendaciones que ofrece el informe precisa que numerosas medidas gubernamentales pueden promover la adaptación, la mitigación y la seguridad alimentaria con efectos distorsionadores mínimos sobre el comercio.

Señala al respecto iniciativas de investigación y desarrollo, extensión, capacitación, asistencia técnica e inversión que, en todos los casos, pueden llevar a la adopción de prácticas climáticamente inteligentes.

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