Y es que los drones ofrecen múltiples posibilidades para la agricultura. Pueden sobrevolar los campos de una forma rápida y captar información diversa gracias a sus sensores. Esto permite que aquellos que gestionan los cultivos tengan a su disposición una herramienta para controlar e incrementar la productividad.
Un solo dron puede monitorizar cientos de hectáreas de forma precisa, evaluando las condiciones del terreno, con el fin de recoger información sobre la hidratación, la temperatura o el ritmo de crecimiento de los cultivos. Una de las funciones más importantes que se atribuyen a estos dispositivos es la localización prematura de enfermedades. De esta forma se pueden evitar plagas que arruinen parte de la cosecha.
Toda esta información proporciona un ahorro de costes significativo para los agricultores. Evitar las plagas también contribuye a reducir la cantidad de productos químicos que se emplean en los cultivos. No solo las cosechas crecen de forma menos artificial sino que no es necesario comprar tantos herbicidas y pesticidas como hasta ahora. Cuando haya que utilizarlos, los propios drones los pueden arrojar, al igual que los fertilizantes.
Los dispositivos pueden controlar cómo funciona el riego y también sirven de improvisados espantapájaros, al mantener alejadas a las aves. Son capaces de enviar fotografías e incluso vídeo en tiempo real a un centro donde se observe el estado de los cultivos. Este tipo de operaciones ya se han puesto en práctica en algunos lugares. Uno de los países más avanzados en este sentido es Japón.
12 beneficios reales de su utilización:
- Su alta precisión topográfica de 1cm permite obtener datos de grandes superficies con una alta definición, completamente georreferenciados.
- Sus cámaras térmicas y multiespectrales permiten obtener datos y características precisas de las explotaciones agrícolas.
- Permiten portar distintos sensores de medición (termográfica, multiespectral, LiDAR y óptica).
- Gracias a los datos obtenidos mediante el dron, es posible obtener datos de grandes extensiones desde el aire , y contrastarlos con diferentes sensores y análisis de las situaciones reales que sufren los cultivos.
- La información que proporcionan los drones permite realizar diagnósticos precisos sobre sus explotaciones. Conocer, en definitiva, si los cultivos están funcionando bien desde el punto de vista fotosintético, si tienen una carencia de un determinado nutriente, o si las plantas están en situaciones de estrés hídrico.
- Permiten aumentar la calidad de los cultivos, ya que descubrenr plagas y enfermedades de forma precoz.
- Gracias a los datos recogidos se puede establecer o prever la producción final del cultivo.
- Es una solución rápida y flexible, la teledetección a la carta, al servicio del agricultor.
- Permite determinar la productividad, optimizar la producción y el uso de insumos, y observar el análisis del rendimiento.
- Son capaces de detectar problemas de cosecha, y así poder actuar, tomando medidas correctivas allí donde se han detectado los problemas.
- Convierten las imágenes en mapas para la aplicación de fertilizantes e identifican las características oportunas de la tierra. Lo importante es la prescripción de inputs, y su fácil integración con diferentes equipos y maquinaria agrícola.
- Facilitan la inspección aérea, el conteo de plantas o árboles, controlan la erosión y la topografía. En definitiva, todos aquellos factores que afectan a los cultivos.