Hasta la fecha, los científicos no habían podido obtener plantas más resistentes a la sequía sin afectar su crecimiento. Ahora, un equipo liderado por el Centro de Investigación en Agrigenómica ha superado este obstáculo alterando de manera muy específica en las plantas la señalización por hormonas esteroideas.
11 noviembre 2018 |
Uno de los efectos del cambio climático que se está percibiendo actualmente es la sequía extrema. Este mismo año, la disminución de las precipitaciones y las elevadas temperaturas en el norte y el este de Europa han ocasionado grandes pérdidas en los cultivos de cereales, patata y otras especies hortícolas.
Los expertos hace tiempo que avisan que para garantizar la disponibilidad de alimentos será necesario utilizar variedades vegetales que sean productivas en condiciones de sequía.
"Modificando la señalización de brasinoesteroides de manera local, logramos que sea más resistente y crezca igual", dice Caño-Delgado
Ahora, un equipo liderado por la investigadora del Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) Ana Caño-Delgado ha logrado plantas más resistentes a la sequía modificando la señalización de las hormonas esteroides vegetales, llamadas brasinoesteroides. El estudio, que se publica en la revista Nature Communications, es el primero en encontrar una estrategia para incrementar la resistencia de la planta al estrés hídrico sin perjuicio del crecimiento.
Distintos receptores y distintas células para diferentes funciones
Ana Caño-Delgado lleva más de 15 años estudiando como los esteroides vegetales, los brasinoesteroides, regulan el desarrollo y el crecimiento de la plantamodelo por excelencia, la Arabidopsis thaliana. Se conoce que estas fitohormonas se unen a distintos receptores de las membranas celulares, provocando una cascada de señalización dentro la célula que terminará produciendo efectos como la elongación o la división celular.
Desde el año 2016 y gracias a un proyecto financiado por el Consejo Europeo de Investigación (ERC, de las siglas en inglés), su laboratorio utiliza este conocimiento para encontrar estrategias para incrementar la resistencia de las plantas a la sequía. Modificando la señalización por brassinoesteroides, los investigadores habían logrado hasta el momento plantas de arabidopsis más resistentes a la sequía, pero debido a la acción compleja de estas hormonas sobre el crecimiento de la planta, las plantas resistentes al estrés hídrico eran mucho más pequeñas que las respectivas controles.
En el trabajo que se publica ahora en Nature Communications, los investigadores han estudiado la resistencia a la sequía y el crecimiento de plantas de Arabidopsis thaliana con mutaciones en los distintos receptores de brasinoesteroides. Gracias a este estudio detallado, los investigadores han descubierto que las plantas que sobre-expresan el receptor de brasinoesteroides BRL3 en el tejido vascular son más resistentes a la falta de agua que las plantas control y que, a diferencia de los otros mutantes, no presentan defectos en su desarrollo y crecimiento.
“Hemos descubierto que modificando la señalización de brasinoesteroides solo de manera local en el sistema vascular, logramos que la planta sea más resistente a la sequía y crezca igual que las plantas no modificadas”, explica Caño-Delgado.
Así, los investigadores del CRAG en colaboración con investigadores de Europa, los Estados Unidos y Japón, analizaron los metabolitos de las plantas modificadas genéticamente y evidenciaron que las arabidopsis con más receptor BRL3 producían más metabolitos osmeoprotectores (azucares y prolina) en las partes aéreas y en las raíces en condiciones de riego normales.
El equipo ya está trabajando en aplicar esta estrategia en plantas de interés agronómico, especialmente en cereales
Cuando estas plantas fueron expuestas a condiciones de sequía, estos metabolitos protectores se acumularon rápidamente en las raíces, protegiéndolas de la desecación. De esta manera, la sobre-expresión del receptor BRL3 prepara a la planta para la situación de sequía -efecto “primado”- , lo que se puede comparar con el efecto de las vacunas, que preparan el cuerpo para hacer frente a patógenos.
Una potencial solución para especies de interés agronómico
Si bien este descubrimiento se ha hecho con una pequeña hierba utilizada como planta modelo, la Arabidopsis thaliana, el equipo de investigación liderado por Caño-Delgado ya está trabajando en aplicar esta estrategia en plantas de interés agronómico, especialmente en cereales.
“La sequía es uno de los problemas más importantes de la agricultura actual. Hasta el momento los esfuerzos que se han hecho en biotecnología para producir plantas más resistentes a la sequía no han sido muy exitosos porque como contrapartida a un incremento a la resistencia a la sequía siempre había una disminución el en crecimiento y productividad de la planta. Parece que finalmente hemos encontrado una estrategia que se podría aplicar y queremos seguir explorándola”, concluye Caño-Delgado.