Según el especialista, es un método de conservación que reemplaza el uso de productos químicos, pesticidas y otros conservantes peligrosos. La tecnología permite deshacerse de los insectos y aumenta la vida útil del alimento, debido al hecho de que bajo la acción de electrones acelerados mueren las bacterias más peligrosas que causan el moho y la descomposición de la comida.
El método se aplica también para esterilizar alimentos, lo que es muy importante para especias y, a veces, para nueces, frutas secas y otros ingredientes desecados. Además, bajo su efecto mueren incluso infecciones intestinales, como el proteus y la salmonella. Búdnik destaca que este tipo de procesamiento permite duplicar la vida útil de los productos sin refrigerador: pescado fresco, carne fresca, verduras y frutas.
La mayor ventaja, de acuerdo con Búdnik, es que el procesamiento puede aplicarse en el envase final: cajas, paquetes, etc.
Además de mariscos, pescado, carne roja, verduras, frutas, también se pueden procesar champiñones, huevo en polvo y flores. El proceso incluye también el control fitosanitario.
"Es una aplicación pacífica de las tecnologías de radiación. En el momento del procesamiento con electrones surge una radiación a corto plazo, pero no hace que el producto sea radiactivo, dura una fracción de segundo", explica el experto.
El interlocutor de la agencia recordó que en los años 60-70 del siglo pasado, estas tecnologías se utilizaron activamente en la URSS y en Estados Unidos para procesar suministros militares y reservas estatales. En la Unión Soviética había normas que permitían procesar alimentos, incluida la carne de aves de corral. Las instalaciones se montaban incluso en las fábricas de pescado flotantes, que reducían de esta manera la cantidad de conservantes y acortaban el tiempo de tratamiento térmico del pescado.
Este método no representa ningún peligro para los consumidores, no es fuente radiactiva, subraya el director de la empresa. "Esta tecnología no cambia las propiedades ni la calidad del alimento, mientras que otros métodos de preservación llevan a la aparición de carcinógenos peligrosos", añade.
No es un tratamiento térmico ni un método químico. No se produce un aumento de la temperatura durante el procesamiento. La temperatura aumenta aproximadamente de uno a dos grados, lo que no es crítico para el alimento. No hay cambio de sabor, de color, ni de olor del alimento.
Esta tecnología es recomendada por la Organización Mundial de la Salud como método para simplificar el almacenamiento de alimentos frescos y secos.