Con dimensiones de 10 pies de largo y llegando a pesar las 1,000 libras
01 abril 2013 |
Los Diablos Rojos, buses escolares fuera de circulación, eran mejor conocidos por alborotar las calles de Panamá, llenos hasta reventar con pasajeros acalorados y sudorosos quienes pagaban veinticinco centavos por un recorrido de transporte público infernal.
El Diablo Rojo de Héctor Guzmán gentilmente navega por el Río Sixaola en búsqueda de manatíes. Equipado con escáneres sonares de doble frecuencia e hidrófonos, comida y tiendas de campaña, el bus acuático modificado es el bote de investigación del más reciente proyecto que el biólogo marino de STRI.
Con dimensiones de 10 pies de largo y llegando a pesar las 1,000 libras, estos tranquilos animales marinos no son difíciles de ver en lugares como el bien llamado Crystal River (Río Cristal) en la Florida. El lodoso Sixaola es otra historia. El equipo de Héctor cuenta manatíes con acústica, tanto activa (escuchándolos) como pasiva (utilizando el sonar de doble frecuencia) y rastreando a individuos marcados por medio de la teletrimetría. "Este es un gran reto para nosotros," comenta Héctor, quien ha rastreado ballenas jorobadas en el Pacífico y monitoreado corales alrededor de Panamá. "ésta es la primera vez en mi vida que trabajo bajo el agua con algo que no veo."
El conteo de la población de manatíes en las costas del Caribe alrededor de la frontera entre Panamá y Costa Rica es parte de un proyecto binacional para hacer un inventario de la biodiversidad del área. Mientras que vastas áreas de la cuenca del Sixaola están protegidas, la deforestación, el turismo, la cacería y los agroquímicos amenazan el área. El proyecto, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial de las Naciones Unidas tiene como objetivo crear esquemas de conservación más sólidos para el área. Guzmán fue invitado a participar del proyecto.
"El diseño es bello," comenta Héctor. "El proyecto trata de trabajar no sólo en los parques pero en toda un área de influencia. Eso incluye una evaluación del origen de la contaminación, el uso de las tierras y un componente para la biodiversidad."
Los manatíes son parte de la icónica fauna del Sixaola que incluye jaguares y tortugas laúd. Se estima que entre 20 a 150 manatíes viven en el área. El trabajo de Héctor durante el resto del 2013, en colaboración con su colega Mario Rivera de la Universidad de Costa Rica, no sólo se concentrará en el estimado de una población más precisa pero además revelar sus áreas de preferencia para alimentarse y aparearse. El equipo de Héctor además hará recomendaciones de conservación. "El objetivo general es protegerlos, por supuesto."
HUESOS ANTIGUOS
Los manatíes eran ciertamente mucho más abundantes en el Sixaola. Héctor cree que la contaminación es su mayor amenaza en la actualidad pero han sido cazados por mucho tiempo. Parte de su investigación incluye un poco de ecología histórica. Una familia de tres generaciones de cazadores de manatíes (ahora retirados) lo orientaron en la dirección de cementerios de manatíes. Las muestras contribuirán a los análisis genéticos que Héctor lleve con animales vivos. Desafortunadamente algunos basureros han desaparecido a causa del desarrollo. "Si consiguiera por lo menos algunas muestras, sería grandioso," nos comenta.
Foto 1: "EL BUTE", un antiguo Diablo Rojo modificado para el agua, es el bote de investigación del más reciente proyecto del biólogo marino de STRI, Héctor Guzmán.
Foto 2: El proyecto binacional para hacer el inventario de la biodiversidad en la costa del Caribe alrededor de la frontera entre Panamá y Costa Rica es financiado por el Banco de Desarrollo Interamericano y el Fondo Mundial para el Ambiente de las Naciones Unidas.