Calor y sequía son las dos principales causas de estrés de los cultivos de cítricos. Con el objetivo de formular nuevas herramientas para combatir el calentamiento global, un equipo ha realizado un estudio pionero para comprobar los efectos de estos impactos y demuestra que unas especies son más tolerantes que otras .
24 junio 2016 |
El trabajo ha profundizado en el impacto de la sequía y el calor sobre parámetros fisiológicos y de regulación hormonal en los dos patrones más comunes utilizados en citricultura, el pie Citrange Carrizo y el mandarino Cleopatra. Una de las conclusiones más importantes es que el pie Citrange Carrizo –el empleado en la mayor parte de las variedades citrícolas cultivadas en el campo valenciano– parece ser más tolerante a la combinación de sequía y calor que el Cleopatra.
"Las principales causas de esta mayor tolerancia apuntan a un aumento de la transpiración, que daría lugar a una menor temperatura de las hojas, unida a una menor incidencia de estrés oxidativo", argumenta el profesor e investigador del mismo departamento Vicent Arbona.
Además, los resultados hormonales de este estudio indican que las respuestas de los cítricos a la combinación de sequía y calor "son específicas y no meramente un efecto aditivo de los estreses aislados", añade Arbona.
La investigación de la Universitat Jaume I constituye una aproximación inicial para saber "hacia dónde tienen que avanzar los patrones de cítricos con factores reales para que tengan una mayor resistencia a las condiciones climáticas más extremas que se preveen para el área mediterránea", explica Sara Izquierdo, quien subraya las posibilidades que ofrecen las técnicas de mejora genética y los cultivos biotecnológicos.